Con esta entrada doy el pistoletazo de salida a una serie de artículos dedicados a las aventuras gráficas independientes y amateurs "GRATUITAS". Y para comenzar que mejor que hacerlo con una aventura point and click y con aspecto pixel art que está causando bastante revuelo por la red, su nombre es The Last Door, y de la cual personalmente he disfrutado el primer capítulo.
" Las aventuras gráficas son los juegos de guión por excelencia."
" Las aventuras gráficas son los juegos de guión por excelencia."
The Last Door ha sido desarrollado por varios artistas españoles que se hacen conocer como "The Game Kitchen". Consiguieron financiación para su proyecto por medio de Kickstarter y de este modo poder realizar una aventura gráfica clásica, point and click y con aspecto pixel art. Obviamente un tipo de proyecto así no habría podido ser financiado de otro modo. Sin embargo, y para darle en las narices a los incompresibles publishers, el juego está teniendo una gran acogida internacional, y ya ha sido traducido a numerosos idiomas.
The Game Kitchen sigue aceptando donaciones para su segunda temporada.
La primera temporada de la serie de terror ha sido concluida y ya se pueden jugar gratuitamente y en castellano los cuatro capítulos que la componen. Se pueden jugar online directamente desde su web, aunque también existe la opción de descarga directa: JUGAR A THE LAST DOOR
¿Pero de que va el juego?
Londres a finales del siglo XIX. Jeremy Devitt es un catedrático de Filosofía que recibe la misteriosa carta de un amigo de infancia. Tras su viaje a la mansión de su ex compañero, Devitt se verá inmerso en una serie de sucesos extraños y terroríficos que deberá ir solventando a base de investigar y resolver enigmas.
El universo del juego está espectacularmente conseguido, como un cuento de terror inspirado en los mundos de Poe o Lovecraf y guardando las distancias recuerda a la trilogía de la niebla de Zafón.
La música y los efectos de sonido te hacen entrar en el juego de lleno, si puedes jugarlo a solas y con escasa luz vas a sufrir y disfrutar mucho.
Al ser pixelart te hace imaginar aquello que no puedes distiguir con claridad y si tienes la mente tan turbia como la mía, seguramente eso aumente tu sensación de inquietud.
¿Quién coño iba a decir hace unos años que algo así se podría financiar?... no tengo nada más que decir salvo, ¡un aplauso!
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